sábado, 13 de diciembre de 2014

SER HUMANO MIRANDO A SU ALREDEDOR

1.
Sentado en el barco de un parque observo a dos niños pequeños, son hermanos, no tendrán más de tres años, rubios, gemelos, con la misma camiseta a rallas. Andan revoloteando sobre un montón de césped recién cortado, para ellos será como una montaña. Se zambullen en ella, se tiran puñados de hierba fresca sobre sus pequeñas cabezas, el sonido de sus risas se une al canto de los pájaros. De repente el mundo de los adultos hace acto de aparición, su padre les grita:
- ¡ESTAOS QUIETOS DE UNA PUTA VEZ!.
Los niños se alejan del césped, cabizbajos, asustados.
Las prohibiciones empiezan desde que comenzamos a caminar, y así, es complicado ser feliz.



2.
Sentado en lo alto de una montaña más vieja que el hombre junto a mi amigo Otman, sopla un viento inmisericorde y violento, se diría que al viento no le gusta nuestra presencia, pero no lo creo, solo somos dos hombres, algo demasiado insignificante como para importarle al viento. Tenemos una gran botella de vino llena hasta arriba. Las vistas desde aquí son impresionantes, la ciudad de Innsbruck queda a nuestros pies. Otmán dice algo, el viento no me deja escucharlo, yo asiento como si hubiera entendido. Las personas no necesitan ser escuchadas, solo hacerles creer que son escuchadas. Desde aquí vemos el aeropuerto, miramos aviones, aterrizan, despegan, unos vienen otros se van, una buena metáfora de las relaciones humanas. Nuestra botella también viaja, pero su itinerario es breve, de la mano de Otmán a la mía. Sobre nuestras cabezas un águila baila con el viento, contemplo su majestuoso e hipnótico vuelo. Apuro el último trago, la botella está vacía, el águila se marcha, y Otmán y yo nos quedamos e silencio.




3.

Viendo pasar la vida en Treibhaus, mi bar favorito, solo bajo la noche oscura
observo a una pareja, se besan con ternura, él llora, tengo la sensación de que se están despidiendo para siempre. Que su camino juntos acabó, que ya no pueden hacerse felices, ambos lo saben o parecen asumirlo, pero sus pieles no parecen estar de acuerdo.  Sus cuerpos se reconocen con esa complicidad que da la costumbre. Las manos de él acarician las de ella con devoción. El, huele su pelo, el de ella.  Lo veo estremecerse, la abraza con ternura pero también con firmeza.  Ahora lo veo claro, ella ha decidido terminar, él, no quiere resignarse,
pero sus lágrimas ya hablan de abandono. Él, le susurra algo al oído. Ella, le acaricia la cara. Es todo muy triste y a la vez muy tierno. Ella, intenta irse. Él, la sujeta con desesperación. Ella, le susurra algo, tal vez un me marcho. Lo besa, él, sabe que es el último, el último beso de la boca de ella. Él, desearía quedarse a vivir en ese instante, tiene los ojos cerrados, apretados con fuerza, como si encontrara consuelo en la oscuridad. De repente en un movimiento rápido ella
se libera del abrazo, se marcha con paso decidido, sin mirar atrás. Él, la mira alejarse, la tristeza se le amontona en los ojos recordando otros tiempos,cuando se entendían sin necesidad de hablar, como la lluvia y la tristeza.
Se queda solo, desconsolado, perdido, hundido. Enciende un cigarro con manos temblorosas, mira a su alrededor sin ver nada, en su cabeza una pregunta incesante. ¿Por que?. Amigo no hay porqués, simplemente El amor
empieza
Y
Acaba.







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