domingo, 26 de octubre de 2014

CARTA DE DESPEDIDA A ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS


Te despiertas después de una horrible pesadilla, tienes todo el cuerpo dolorido, ese viejo sofá te está rompiendo la espalda, es la quinta noche este mes que tu mujer te echa de su lado en la cama, hace ya tiempo que la relación no funciona, no sabes porque no la dejas de una puta vez. Ya ni siquiera sabes porque haces las cosas que haces.
Una ducha caliente te relajará los nervios, te has despertado más tenso que la piel de un tambor. Camino de la ducha pasas junto a la puerta de vuestro dormitorio entreabierto, escuchas a tu mujer roncar en su interior, un cerdo que está siendo degollado emite un sonido más agradable. El agua caliente comienza a correr por tu cuerpo, es de los pocos momentos placenteros del día, incluso tal vez es el único momento placentero del día, de repente la catástrofe, cortan el agua justo cuando estas todo lleno de jabón, sales de la ducha hecho una furia, con los pies mojados resbalas en el suelo del baño, tu espalda recibe todo el golpe, es tan fuerte que te quedas casi sin aire en los pulmones, ni siquiera puedes gritar. Te vistes como buenamente puedes, tienes ganas de pegarle un cabezazo a la pared y acabar con todo, pero te contienes (llevas mucho tiempo conteniéndote). Tomas el ascensor, contigo sube el vecino, buenos días, dice, serán para ti, le contestas. Después de eso ninguno dice nada. Coges tu coche y te unes a la locura del tráfico, hay retenciones, tú y todos los coches que te rodean os movéis a un ritmo muy leeeento. Todo el mundo toca el claxon, como si aquello fuera a solucionar algo, odias a todos esos malditos esos hijos de puta, y sabes que ellos te odian a ti, un odio visceral, y ni siquiera os conocéis, no os habéis visto la cara unos a otros nunca, todas las mañanas os metéis en vuestros engendros mecánicos y os zambullís en el tráfico que os lleva a la deriva, igual que la corriente arrastra grandes trozos de mierda río abajo. Estáis todos condenados, sois como hamsters dentro de una rueda, como Sísifos subiendo la roca a través de la montaña.
Empieza a llover, torrencialmente, los coches se han detenido, la ciudad está apunto de infartar , recuerdas aquella comparación que alguien hizo relacionando una ciudad y el cuerpo humano, comparó los coches con el colesterol, y las avenidas de la ciudad con venas y arterias, y así como ocurre en el cuerpo humano donde si hay excesivo colesterol circulando por su torrente sanguíneo este no funciona correctamente o deja de funcionar, así sucederá también en las ciudades, colapsaran por exceso de coches.
Por fin llegas al trabajo, aunque en el fondo no querías llegar, odias tu trabajo, como la inmensa mayoría de la gente. Para colmo de males llegas tarde, tu jefe te grita hecho una furia, intentas explicarle que te has visto envuelto en un atasco descomunal, no es su problema el resto de tus compañeros estaban en su puesto a su hora, te dice. Te encaminas a tu mesa de trabajo, eres teleoperador, tienes un pensamiento dulce, te imaginas a tu jefe con un gran anzuelo que le atraviesa el cuello y como lo utilizas de cebo para pescar tiburones blancos junto a las costas sudafricanas. Uno de tus compañeros interrumpe tan bello momento, habla de football, odias el football, no te interesa lo más mínimo. Dicen que es el circo romano de nuestros días, el opio del pueblo, el sustituto de las guerras tribales de tiempos remotos.... en fin dicen tantas chorradas, pero los sociólogos también tienen que comer. Tu compañero, que tiene exactamente la misma cara que un besugo, no para de hablar, y te habla pegado a la cara, a menos de medio metro, diminutas gotas de su asquerosa saliva te salpican. No puedes más, ya es suficiente.
- Aaaaaaaaaaaa. Un grito largamente reprimido surge de tus entrañas, en la oficina se hace un silencio sepulcral, todos te miran, coges el ordenador que hay sobre tu escritorio y lo lanzas contra la pared, con paso decidido te diriges a la salida. Tu jefe sale a tu encuentro, se interpone en tu camino. Si te acercas te mato, le dices. Se da cuenta que hablas en serio, así que se aleja de ti. Sales a la calle con ganas de asesinar cualquier cosa viva, sientes que estas desperdiciando tu vida, te preguntas como has llegado hasta aquí. Miras las caras de los que pasan a tu lado, no parecen felices, casi ninguno de ellos lo parece. Paras en un bar, entras, te acomodas en la barra y pides un whisky. El camarero lo pone frente a ti, nueve años, nueve años sin probar una gota de alcohol, coges el vaso, lo levantas y te lo bebes de un solo trago. Tu cuerpo te lo agradece, tu alma te lo agradece, después de tantos años vuelves a sentirte vivo, y te preguntas como pudiste estar tan ciego para elegir la sobriedad.

SERVICIO DE VOLUNTARIADO EUROPEO

Soy voluntario en Austria
trabajo para una organización católica;
soy un ateo convencido,
apóstata
y sin embargo vivo en una casa parroquial;
la vida siempre es una paradoja.
Cuando nieva mucho, (y en Innsbruck nieva mucho)
debo levantarme a las 06:00 de la mañana
para quitar la nieve de la plaza de la iglesia.
Tengo que abrir un camino
para que los cristianos le recen a su estúpido dios;
son las 05:45.
miro por la ventana;
una cortina de nieve cae pausadamente;
vuelvo a la cama;
miro el cuerpo desnudo de oksana;
recuerdo aquel poema de Benedetti:
“una mujer desnuda y en lo oscuro tiene una claridad que nos alumbra”
me acurruco junto a ella
su cuerpo está tan caliente;
la abrazo por la espalda;
con mi mano cojo su muñeca;
noto su corazón latir en las yemas de mis dedos;
su latido entra en mi;
en dulces y cálidas oleadas;
su corazón se confunde con el mío;
llevo su vida en mi torrente sanguíneo;
hundo mi cara en su pelo;
se despierta;
se gira hacia mí;
me sonríe ;
me besa;
bebo de su respirar;
la abrazo muy fuerte.
El despertador suena
son las 06:00 de la mañana;
maldigo al dios de los cristianos;
ella se ríe
porque seguirá en la cama
mientras yo  lucharé con la nieve;
y hoy,
hay mucha nieve.
me levanto
sintiéndome un estúpido;
comienzo a vestirme;
Oksana me sonríe;
una sonrisa lasciva;
se levanta
totalmente desnuda;
me coge de la mano
y me vuelve a llevar a la cama;
junto a ella;
me desviste con manos impacientes
-tú no trabajas hoy-, me dice.

Ella

se ríe.

Yo

me río.

Y la nieve,

los cristianos,

y su dios,

se pueden ir a tomar por culo

viernes, 24 de octubre de 2014

FIN DEL CAMINO

tomando el sol en la plaza del Obradoiro;
esperando que la vida se ponga en marcha.
pasan grupos con su guía turístico;
un turista me sonríe ;
le devuelvo la sonrisa.
Dos vagabundos se pasan una botella de vino;
uno viene hacia aquí.
-¡En el nombre de dios, tienes un cigarrillo!-.
se lo doy
-Alegría, felicidad-  me dice.
se marcha bailando.
Llega un grupo de jóvenes cristianos;
bailan  y cantan alabanzas a Cristo
alrededor del kilometro 0;
me acerco;
dos chicas están buenísimas;
miro como sus culos tiemblan con el baile;
yo también alabo a Cristo.
Imagino lo que hubiera hecho el Marqués de Sade con estas cristianas
me viene a la mente su obra Justine;
vuelvo a mi sitio.
Estoy a 800 kilómetros de casa;
dos chicas coreanas se abrazan;
lloran,
la emoción las embarga;
han llegado a su meta;
han acabado el camino.
En las alturas un avión araña el impoluto cielo azul;
suenan las campanas de la catedral de Santiago;
alguien habrá nacido hoy en algún lugar;
alguien habrá muerto hoy en algún lugar.
Yo ahora estoy aquí
suspendido en un suspiro entre mi nacimiento y mi muerte;
esperando un metro de sombra;
sufriendo un metro de sol;
decenas;
cientos;
miles de cámaras de fotos
no cesan de disparar;
persiguen eternizar el instante;
lograr una victoria
sobre el invencible tiempo;
que acaba con todo;
irremediablemente;
como se tragó nuestra historia de amor.
A mí
me vomitó aquí;
desde donde

ahora

yo

te recuerdo

DISPARAD AL VECINO


Lo sé amigo, lo sé. Sé que casi todo es un convencionalismo arbitrario, sé que el tiempo es un invento del hombre para intentar sistematizar el absurdo, que el calendario solo nos muestra el miedo atroz a la vejez, al reloj que no se detiene, a nuestro tiempo que se acaba. Sé que crecer es solo acumular heridas. Pero aun así hazme un favor, haznos un favor a todos los vecinos, desconecta de una puta vez la alarma de tu coche. Que aunque sepa que la vida es una derrota necesito el silencio para dormir.








DISIMULADAMENTE

Agosto lo abrasaba todo a su paso.
Andaba solo (una vez más)
perdido en una terminal de autobuses
de una isla remota del Mediterráneo.
Barajaba dos opciones,
escribir un poema mientras esperaba
o seguir mirando disimuladamente  las mujeres,
sus hombros,
sus espaldas,
sus culos,
sus piernas,
sus tetas,
sus caras,
sus ojos,
sus bocas……
Finalmente decidí escribir un poema.
Es este que lees,
ya sé que no es gran cosa,
me equivoqué de opción.
Debí seguir mirando
disimuladamente a las mujeres.

jueves, 23 de octubre de 2014

OSCURIDAD Y ROCAS

- Cada vez le veo menos sentido a todo esto.
Fueron las últimas palabras que me dirigió justo antes de salir por la puerta.
Una semana más tarde el mar devolvía su cadáver a la costa.
Los indicios de que podría hacer algo así eran evidentes. Si echo la vista atrás está claro que estaba pidiendo ayuda a gritos, pero no supe o no quise dársela, que mas da, ahora ya está muerto. Muerto para siempre, sus células no se reproducirán más, su mano ya no girara la manivela de ninguna otra puerta, los procesos de caries de sus muelas se han detenido, ya sus intestinos no elaboraran mas mierda para ser evacuada a través de su recto, los virus y las bacterias quieren marcharse de él, habitan un cadáver, y ya se sabe que un cadáver no es buen huésped. Su sangre se ha quedado quieta, ya no circula, no va a ninguna parte, ya no se formarán legañas en sus ojos nunca, nunca más, ya no será sancionado por devolver tarde a la biblioteca cien años de soledad, nunca sabrá como acaba. Toda la gente que lo conoció deberá borrar su número de teléfono, (¿para qué sirve un muerto en una agenda?). Su corazón ha dejado de latir en su pecho . Habrá que cambiar los tiempos verbales para referirnos a él, ya no más presentes, ahora a su nombre irán adheridos los pretéritos, era, estaba, trabajaba…... Ya no experimentará sueño alguno, ya no lo despertará sobresaltado otra pesadilla, todos sus documentos, DNI, tarjeta sanitaria, carnet de conducir, carnet de la biblioteca… serán totalmente inútiles y dolorosos, como los recuerdos de una guerra perdida. Se acabó, ya no se quejará del frío, nunca más. No más despertadores, ya no los necesita. Ha perdido para siempre el miedo a la vejez, a la enfermedad, para siempre. Ha dejado de ser para convertirse en un recuerdo. No más lágrimas en sus ojos, nunca, nunca más su boca dejará escapar una carcajada (¿acaso oyó alguien reír a un muerto?). No más besos, no más abrazos, nunca más experimentará un orgasmo. Ya no tendrá que esperar ante un semáforo en rojo, ni en la consulta del médico, ni en correos. Ya no tendrá que esperar nunca, por nada  ni por nadie. Nadie se enfadará con él porque llega tarde a una cita. Ya no tendrá hambre nunca más, no tendrá problemas para llegar a fin de mes, ya nunca llegará al final de ningún mes, ni de ninguna hora, día, año....
¿Y su ropa? ¿Qué hago con su ropa? ¿Hay algo más frío que la ropa de un muerto?
¿Y sus fotos?, ¿y sus vídeos? Sus fotos y sus vídeos mienten, me devuelven una vida que ha dejado de ser. Se ha ido. Para siempre. Y nunca, nunca va a volver.
Tomó una decisión, y esta fue dejar de existir. Yo me he quedado aquí, del otro lado, sin mi amigo. Simplemente se quito del medio, como tantos otros que dejaron de verle la gracia a esto de vivir, porque una cosa es segura, si pierdes el sentido del humor saltar del acantilado cada vez te parece una opción más atractiva.
Respondió a la única cuestión filosóficamente importante según dice  Camus en su obra el mito de Sísifo, juzgar si la vida vale o no la pena de ser vivida.Y su respuesta fue reventarse contra las rocas del acantilado.
Está claro que ahora nosotros, amigos y familia, nos sentimos culpables, imagino que es así como sucede siempre, los que nos quedamos de este lado sentimos que hicimos algo mal, o que tal vez podíamos haber hecho algo más para que siguiera entre nosotros y hubiera elegido otra respuesta a la maldita cuestión planteada por Camus. Es una jodida cosa el sentimiento de culpa.
Ahora por las noches no puedo conciliar el sueño. Pero para seos sincero no es por el sentimiento de culpa, es que cada vez le veo menos sentido a todo esto.

jueves, 9 de octubre de 2014

NOCHES AFILADAS

Tiene que fluir
Un poema tiene que fluir
Brotar como la sangre de la herida
Como los besos obscenos (que son los únicos verdaderos)
Aunque en el otro extremo de la cuerda estén todos tus miedos agazapados
Tienes que ser honesto
Siente latir cada una de tus palabras
Sinceras como un puñetazo en el estomago
Como la puñalada de una amante despechada
Y asegúrate que no sean las palabras de ningún otro
Ya las tumbas están llenas de carne repetida
Y los corazones están agotados de bombear la misma rutina
Deshaz a manotazos ese enjambre de voces ajenas
Que pretenden llevarte al mismo camino
Millones de veces transitado
Y cuando todos esperen un ramo de flores
Muéstrales un cadáver podrido 
Se libre
Como un perro durmiendo la siesta al sol
Y por favor no dejes que te confundan las farolas de la calle
Ten en cuenta que la oscuridad puede ser un buen comienzo
Y que la derrota tiene más de un significado (para aquellos que sepan leerlos)
Porque amigo una cosa es segura
El infierno  
Te encontrará
Pero el cielo
Has de salir a buscarlo

ESCRIBIENDO

me siento

ante la hoja en blanco;

comienzo a escribir;

arrojo las palabras

con violencia;

como pedradas en una lapidación;

como si tanta blancura me pusiera agresivo;

nervioso;

inquieto.

la tinta me obedece;

no se sale del guión por mi establecido;

empieza a violar dicha blancura impoluta;

que ahora

no me mira tan desafiante;

que entiende

su predecible derrota;

ya no sonríe.

estas palabras son heridas profundas;

van marcando su cuerpo de cicatrices,

nacen

una

tras

otra;

se lanzan a la batalla

con la determinación de un kamikaze;

para regalarme esta victoria;

este instante en la eternidad;

que es mío

solo mío

y

ahora

es

 tuyo.

Y SI...?

¿Y si el tiempo se convirtiera en mercurio?
Deslizándose en el reloj
Como una madre muerta
Que ya no ofrece consuelo
Ni siquiera un fresca sombra

¿Y si estuvieras aquí?
A mi lado
Como un amanecer herido
Acariciando mis ojos cansados
Con una llama de hielo en tu sonrisa

¿Y si no hubiera cogido aquel tren?
Repleto de sueños estériles
Rumbo a una primavera efímera
Como un cerezo enfermo
Con polvo en los bolsillos
Y un llanto inhumano
Amargo
Desbordado

¿Y si no hubiera cruzado aquella esquina?
Con la piel de un Dios muerto entre las uñas
Y como única defensa el oxido de mis venas
Con su sangre enjaulada
Hiriente y mortal

¿Y si continuara en aquel trabajo?
Tachando días en el calendario
Como un condenado a muerte
Respirando una rutina plácida
Con mis huesos llenos de tierra

Y ahora que los buitres me susurran al oído
Disparo a mis recuerdos con balas de fogueo
Por miedo a herirme a mí mismo
Y sé (con una certeza relativa)
Que todos los besos que arrojé de mi boca
No pueden alimentar  siquiera a una gaviota
Y sé (con una certeza casi absoluta)
Que la columna vertebral del universo habita en tu pupila
Y también sé (a ciencia cierta)
Que todo se cubrirá de cenizas
De una manera lenta y progresiva
Como siempre han sucedido las cosas
Y cuando vengan a pedirme cuentas
De lo hecho y dicho
Pero sobre todo de lo no hecho ni dicho
Tendré una buena excusa preparada
y si..?

SALITRE

Brillantes venas de cobre bombean mercurio sanguíneo

Nacidos de un corazón máquina

Corren tiempos de amor metálico

Manos de tacto alumínico acarician espaldas frías como el acero

Los amantes entrecruzan sus lenguas de plomo

Bebiendo alientos enlatados intercambian dulces promesas de hierro

Hijos del óxido

Se creen a salvo del deterioro

Y no cuentan con el salitre

Solo es cuestión de tiempo

Pobres amantes metálicos

DE VUELTA A CASA

la madrugada chorrea como una hembra en celo;

calles llenas de un silencio ensordecedor;

lluvia deslizándose;

lenta;

pausada;

rítmicamente.

un cementerio de hojas alfombra mi caminar;

mi ritmo ebrio;

acompasado.

enciendo un cigarrillo

para que me sirva de compañero;

y caminamos;

el

y

yo

regalándonos dulces besos;

creamos humo;

un humo azulado;

ingrávido;

bello;

insensible;

que crea caprichosas formas

para recordarme que no puedo volar;

no me importa

me gusta caminar en la noche oscura;

arrojo mi paraguas al río;

quiero unirme a la lluvia

que corra juguetona por mi cuerpo;

ella accede;

se convierte en mi amante;

somos una sola cosa

la lluvia

y

yo;

yo

y

la lluvia;

mientras

en el cielo

la luna

tan callada como siempre

nos observa.

NO DUDES

Abre surcos en tu camino con pisada carnívora

Cuando la luz se extinga deja que la oscuridad te ilumine

Clávale las uñas a la noche bajo la falda

Sin piedad

Y con mirada homicida

Persigue sombras

A tientas

que es como todos avanzamos

mastica el tiempo lentamente

alimenta tu hambre de vino

y a la hora de pagar la cuenta

no dudes en pasar la gorra

haz equilibrio sobre la línea del horizonte (al menos una vez en la vida)

amortaja el ruido

y dale un entierro digno

no enjaules tu risa

aunque sea inapropiada e inoportuna

cobíjate del frío en un beso carnoso

y no te lamas las heridas

escupe en ellas

como un amante lascivo llevado por una pasión inútil

no te asomes al abismo, déjate caer en el

y desnuda a la mujer que menos te convenga

porque

yo sé

tu sabes

todos sabemos

que el futuro es un ataúd

así que cuando la muerte venga a tu encuentro

muéstrale tus cicatrices

que darán prueba de cada una de tus batallas

será tu mayor homenaje a la vida

que inevitablemente tocará a su fin

como este poema.

22:47

es la hora de mi último autobús;

el último urbano que llega hasta mi casa;

si no lo cojo tendría que caminar

el termómetro marca – 20º;

la nieve lo cubre todo

y no cesa de caer;

la niebla cae como un manto sobre la ciudad,

las calles están congeladas;

el frío corta como un cuchillo.

mi casa está lejos,

lo suficiente como para convertir el regreso a pie en una odisea.

yo bebo mi sexta cerveza

en este bar,

donde se está tan caliente;

fuera el frío no te deja ni respirar.

miro el reloj;

bebo cerveza;

22:35

me da tiempo a una más;

solo una;

una rápida;

la última.

bebo

a tragos largos

22:40

otro trago;

el último y acabo la botella;

mi parada está en la puerta del bar.

22:43

lo he conseguido

me dispongo a marcharme

tambaleándome

la camarera se acerca

-¿otra cerveza?-. pregunta

-¡por supuesto!- . contesto

y no me importa

si esto es

un poema

o

una mala decisión

PENSAMUERTOS


1. Todo estaba perdido
    así que los barcos abandonaron a la rata.


2. Lo miré y lo remiré extrañado
    alguien cobijaba a la sombra de un árbol


3. Por fin lo comprendí sin ningún género de dudas.
    Quién ríe el último
    ríe después de que hayan reído todos los demás


4. Aquel legionario aguerrido
   cantó el himno de la legión:
- Soy el novio de la suerte


5. Los novios se miraron con una ternura infinita,
    el cura les dirigió unas últimas palabras desde el altar:
   - Lo que Dios ha unido no lo separe el hambre


6.. Cuando el río suena, lo hace en acústico.


7. A la vejez…ciruelas


8. El padre moribundo le dio el último consejo a su hijo:
   - El trabajo mortifica.


9.  El gato se suicidó seis veces ante mis ojos
     y se marchó calle arriba dueño de su última vida,
    en ese momento ambos teníamos las mismas posibilidades.


10. Todo lo que un hombre necesita es una grieta,
     una grieta por la que poder escapar.


11. Con nuestros miembros viriles erectos
     eyaculamos en las escaleras de aquel edificio oficial,
     el letrero de la entrada lo indicaba con una claridad meridiana:
     CORREOS


12. El sexo es una batalla en la que se lucha con fe por la inmediatez del placer,
      el amor, en cambio, es una guerra contra el tiempo.

                          
13. Los días son un intento del hombre de sistematizar el absurdo.
                                

14. El suicidio es la respuesta,
      la respuesta a una pregunta mal formulada.

15. Después de todo es más simple de lo que parece,
      las opciones se reducen a dos:
      morir
      seguir viviendo.