martes, 23 de diciembre de 2014

SOLEDAD


El repetitivo e inalterable tic tac del reloj,
el mudo silencio de la paredes,
la callada presencia de una tela de araña en el techo,
la vida suspendida del libro cerrado,
las sombras inertes que nacen de la luz,
el sonido del motor de la nevera,
la cama, caliente donde me encuentro, fría donde habita la nada.
El frío abrazo de las sabanas,
la botella vacía,
la foto que me mira desde el pasado,
las colillas en el cenicero,
las cortinas que me ocultan del mundo,
el abrigo tirado en suelo,
el grifo que gotea en el baño,
el teléfono mudo,
las pelusas bajo la cama,
una caja de condones sin abrir,
unas monedas en la mesa.
Y la noche,
cayendo como un telón.
Aunque,
por mucho que lo intento
no consigo
oír los aplausos

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